"Es decir, el proceso solo fue pacífico mientras no encontró obstáculo alguno a su paso victorioso, y se tornó violento en cuanto alguien, sea político, entidad cívica, particular o tribunal, se opuso a sus objetivos o procedimientos. Lo cual evidencia, claro está, que no era pacífico y nunca lo fue: simplemente hasta fecha mas reciente no sintió la necesidad de destapar su cara menos amable, que siempre estuvo ahí, agazapada tras el semblante festivo".
Son sin duda las dos virtudes de las que más presumen los separatistas catalanes en su relación con el resto de España: el proceso es pacífico y siempre han buscado el diálogo que España les ha negado. Analicemos ambas afirmaciones.
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