“…la elegancia es algo difícilmente definible pero fácilmente detectable, algo que no se puede aparentar cuando no se tiene y difícil de enmascarar cuando se posee, “Fallet” me ha parecido una serie elegante por su equilibrio y por la agradable compañía que proporciona”.
“Fallet” es una serie sueca de ocho capítulos, de aproximadamente media hora de duración cada uno, y la podéis ver en Netflix. He de decir que para mí ha supuesto una sorpresa más que agradable, lo cierto es que prácticamente no encontré críticas sobre ella y en consecuencia me dispuse a verla sin referencias ni condicionantes de ningún tipo.
Los países escandinavos han sido capaces de crear un género propio tanto en novela como en series de televisión, el denominado género negro nórdico, “Fallet” realiza un ejercicio nada fácil, jugar con dicho género, y para ello desarrolla una trama policial clásica a la que adorna con tintes de comedia.
Sus dos protagonistas son la sueca Lisa Henni y el británico Adam Godley, cabe calificar como excelente el trabajo de ambos formando una pareja de policías obligados a trabajar juntos en un caso de asesinato, ella de gatillo fácil, el desarmado, y con el denominador común de ser dos desastres como policías, a los que sus jefes quieren ver cuanto más lejos mejor. Reseñar también a Tomas Von Bromssen, para mí todo un descubrimiento, en su papel de inspector de pueblo ilusionado y encantado con dirigir su primer caso importante de asesinato.
La serie funciona, rápidamente entras en su ritmo de narración y te sientes cómodo con el estilo peculiar de la misma, está repleta de diálogos y escenas realmente divertidas pero siempre con un humor fino y elegante, huyendo del histrionismo o de la risa fácil.
Antes he hecho referencia al género negro nórdico, los afortunados que hayáis visto la estupenda y adictiva “Bron” encontrareis en Fallet claras referencias a ella, el papel de Lisa Henni recuerda claramente por ejemplo al de “Saga” en “Bron”, eso sí, en su versión patosa, pero es de justicia decir que Fallet no trata de ridiculizar al género, sino que juega con él desde el cariño y desde el respeto, introduciendo un humor elegante e inteligente.
Por cierto, y ya que la he citado, no perdáis la oportunidad de ver “Bron”, y no diré más, pues se merece y mucho su propio comentario, y sin duda lo tendrá.
Cuando acabe de visionar “Fallet” la primera palabra que acudió a mi cabeza fue “elegancia”, la elegancia es algo difícilmente definible pero fácilmente detectable, algo que no se puede aparentar cuando no se tiene y difícil de enmascarar cuando se posee, “Fallet” me ha parecido una serie elegante por su equilibrio y por la agradable compañía que proporciona.
A mi juicio el método más acertado para detectar la elegancia es conocer perfectamente lo que no es elegante, y no es elegante la chabacanería, ni tampoco lo es el exabrupto, y desde luego nunca puede ser elegante la agresividad verbal. Acaso la elegancia tenga algo que ver con el respeto profundo por los demás, creo que “Fallet” hace precisamente eso, respetar a sus espectadores y respetar su inteligencia.