“Era difícil con un plan tan extraordinariamente diseñado y con los medios necesarios no alcanzar el éxito. Pero además el nacionalismo catalán ha contado con un aliado inesperado. El Estado ha sido el convidado de piedra, por voluntad propia, en este proceso de “desafección” hacia todo lo español. Lamentablemente en esta ocasión la estatua del Estado no ha dado señales de vida en ningún momento para dar una lección al joven impertinente que se burla de él, sino que ha permanecido impasible ante los continuos desafíos del Don Juan deslenguado e irrespetuoso. Muchos catalanes se preguntan dónde está el Estado español para defenderles, para hacer que se cumpla la ley”.
Publicado en @XYZdiario el 17 de septiembre de 2016